14 de abril 2020
Agridulce. La mañana exasperante tras empezar la rutina y ver la cantidad de cosas por hacer. Contra todo pronóstico, las tareas las hago rápido y me organizo para la semana. (Solo me da tiempo tres asignaturas por mañana, como demasiado cuatro si hay poco que hacer). Por la tarde, saco mi vena artística y pinto y decoro unos letreros que tenía pendientes. Continúo haciendo tareas y me quito las entregas urgentes. La compañía no ayuda en nada, siguen riñendome por las notas del trimestre pasado. A pesar de la presión interna, llega ayuda externa que me alegra el día y afronto con fuerza lo que queda.
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