Progresos. Esta mañana me levanto y desayuno con tranquilidad. Me dedico a mis gustos hasta la hora de comer. Hoy es un buen día. Por la tarde salgo un rato con la perra, esta vez sí por ella, con la esperanza de encontrarnos al cachorro. Prueba de mi ignorancia, me doy cuenta que ha vuelto. Todas las noches su padre lo recoge para protegerlo del frío al anochecer y lo vuelve a traer por las mañanas. Descubro, un poco perpleja, que el cachorro es hembra y no me había dado cuenta en dos días. Con ayuda de mi perra, buen humor y las inmensas ganas que tenía la cachorra de jugar; consigo que se hacer que a mí. Poco a poco me deja acariciarla y juego con ella. Después de criar más de 10 camadas de cachorros algo de experiencia con ellos tengo y consigo que confíe en mi. Es un gran logro hacer que un perro miedoso se tumbe a tu lado para que le rasques y te siga a donde vayas.
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